A raiz de un potencial proyecto para un cliente he estado navegando algunas webs de moda y me ha surgido una pregunta: ¿por qué viven de espaldas a Internet?
En realidad no es algo exclusivo del sector de la moda, más bien es algo que está bastante generalizado en Internet porque lamentablemente la mayoría de las personas tienen dos tipos de aproximación al medio: desde la tecnología, como un problema técnico que tienen que resolver informáticos, y desde la publicidad, como el hermano pobre de la televisión o porque debe estar ahí sencillamente.
En ambos casos suele suceder que el proyecto se aleja de Internet porque se aleja de la comunicación y la estrategia del negocio en el primer caso y porque se aleja de las especificidades del medio y del usuario en el segundo caso.
El resultado habitual son interfaces innavegables, excesiva profundidad de navegación, interfaces imposibles con música machacona, películas de flash que nunca terminan y que se repiten cada vez que cambias de opción de menú o recargas la página.. Claro que si eso no desanima al potencial cliente, quizá podamos desanimarlo con un giro de timón al servicio de la Web 2.0: ¡hagamos partícipe al usuario de nuestra marca! Porque hacerle partícipe de nuestra marca a través de la Web 2.0 suele significar en el mejor de los casos un blog y, en el peor, un registro para obtener servicios premium de dudoso valor o, tan sólo, el honor de ser un cliente fidelizado que puede enviar fotos, crear un blog (como si no hubiera ya una buena cantidad de lugares donde hacerlo) y compartir la intensa emoción que te proporciona utilizar los servicios y productos de la marca de turno.
Personalmente creo que la Web 2.0 supone una revisión conceptual de Internet que va más allá de abrumar a nuestros clientes con más trabajo del que ya tienen o eludir nuestro trabajo de comunicación pasándoselo a aquellos a los que queremos venderles nuestros productos y servicios.
Para buscar un punto de anclaje a la afirmación anterior, me atrevería a decir que la Web 2.0 supone poner al usuario, al cliente, en el centro de Internet y, eso, ha propiciado la aparición de calles, ciudades y actividades para él al margen de las marcas.
Las marcas que comprendan eso, tendrán un paso andado en la buena dirección puesto que hoy en día hacer webs de espaldas al cliente es hacer webs de espaldas a Internet.